El Momento Perfecto es Ahora: Un Viaje por Escocia
- Teresa
- 5 may
- 2 Min. de lectura
Hace exactamente un año hice un viaje a Escocia con mis padres, un viaje del que llevábamos tiempo hablando, pero que por una razón u otra íbamos posponiendo. La vida tiene esa manera de entretenernos con excusas, imprevistos y prioridades cambiantes. Pero algo en mí, una intuición silenciosa, me dijo que aquel era el momento. Así que lo hicimos.
Comenzamos en el Lake District, donde pasamos la noche en Ambleside y visitamos un par de pueblos encantadores por la zona. Fue un inicio tranquilo: paisajes verdes, lagos serenos y esa calma que te invita a respirar más lento. Luego cruzamos la frontera hacia Escocia y pasamos un par de días en Glasgow.
Desde allí fuimos a Loch Lomond y a las cascadas de Falloch. La naturaleza nos recibió con fuerza y belleza. Mi padre llevaba mucho tiempo esperando este momento, especialmente la visita a una destilería de whisky. Verlo disfrutar de esa experiencia con tanta ilusión fue, por sí sola, razón suficiente para hacer el viaje.
De camino a Edimburgo, hicimos una parada en The Kelpies. No esperábamos que fueran tan imponentes, tan emocionantes. Realmente nos quedamos impresionados.
Edimburgo fue nuestra última parada. Yo ya había estado antes, pero era la primera vez para mis padres, así que hicimos un tour guiado para aprovechar bien el tiempo y sobretodo sumergirnos en la cultura escocesa. Visitamos castillos, paseamos por calles empedradas y sentimos la historia en cada rincón. Fue hermoso. Fue especial. Fue nuestro.
Ahora echando una mirada hacia atrás, este viaje tiene un significado aún más profundo. La salud de mi padre cambió considerablemente en septiembre, y aunque no quiero centrarme en eso aquí, lo cierto es que su capacidad física para hacer un viaje como ese—subiendo cuestas, caminando por una ciudad adoquinada—ya no es la misma. No lo disfrutaría como lo hizo hace un año. Y eso me llega hasta el alma.
Por un lado, no puedo estar más agradecida de no haber esperado más. Por otro, es un recordatorio poderoso: no sabemos qué nos traerá el mañana. A menudo postergamos cosas—esperando el “momento adecuado”, la jubilación, o a que la vida se calme. Pero a veces, ahora es el momento perfecto. No después. No algún día.
Si hay algo que llevas tiempo queriendo hacer, alguien a quien quieres visitar, o un sueño que sigues dejando para más adelante—permíteme este pequeño recordatorio: no esperes demasiado.
Hasta la próxima aventura,
Teresa

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